Ella sufre y llora, se desespera en la soledad que ha construido, de a poco (sin darse cuenta, cómo para protegerse) alrededor suyo
Y somos sordos a sus gritos. Son guturales, animales. No se le entiende. ¿cómo se va a entender un alarido que se guarda, que se ahoga en cualquier cosa que se tenga a mano? Remojados en alcohol, ni ella los entiende.
Las pastillas terminan de borrar lo que queda. La lucidez está sobrevalorada.
Se hace daño sistemáticamente. Con la rabia y el miedo que nos tiene a todos. Con saña. La toma, la esgrime y se hiere. Y en el horror que nos ve en el rostro está su venganza.
Quiere morir, porque es la única manera de matarnos a todos.